EL SINSABOR DE HABER ACERTADO

Cuando el domingo pasado escribí lo que parecía un panegírico de una muerte anunciada tengo que reconocer que no esperaba que los acontecimientos se desarrollaran de la forma en que lo han hecho. Todo se precipitó el lunes y hasta hoy un sinfín de situaciones se han ido sucediendo en torno al comunicado oficial de venta del accionariado del CB Murcia por parte de Polaris World. Pedro García Meroño y sus asesores financieros se quieren quitar de en medio en el tema del baloncesto profesional al que según visto lo visto, le han sacado todo el pringue posible. Parece que esto se circunscribe a un puro negocio y desde luego si lo miramos como espectadores de primera fila esto solo puede ser negocio para Polaris World y sus accionistas. Me explico, ellos hace cuatro años compraron un club de baloncesto con una historia y unos derechos federativos y de ACB por la simbólica cantidad de un euro, además con una auditoria realizada y sin ningún tipo de gravamen, ahora cuatro años después deciden que sus negocios, envueltos en esa crisis inmobiliaria que afecta a todo el territorio nacional, tienen que ir por otros derroteros y se quieren quitar de encima los gastos que origina un club profesional en la segunda mejor liga del mundo, la ACB.

Hasta aquí todo parece correcto. Ellos han usado el club en su beneficio propio de explotación de una marca y de unas señas muy propias, Polaris World. Desde su poltrona de propietarios y con una figura de ninot como presidente en el área deportiva han hecho lo que les ha dado la gana. Primero recolocaron al gerente que había sido largado e indemnizado por el todavía presidente y dueño del club, Juan Valverde, para pagarle el favor del fichaje en el entonces Polaris World Cartagena de los dos referentes del fútbol sala murciano, Lenisio y Balo. En segundo lugar hicieron una ampliación de capital de la sociedad anónima y los que tenían algún dinero invertido, básicamente como ayuda al club en su día, lo perdieron todo para que Polaris tuviera el control absoluto de la situación. Más tarde se quitaron de encima a todo lo que olía a Valverde de manera más o menos elegante, técnicos, jugadores e incluso algún empleado, sin valorar si eran válidos o no para el proyecto. Luego cambiaron los colores de las equipaciones sin contar con nadie y el rojo de sus colores de Murcia o de la Región se pasó a un azul pijama de verano que solo convenció a sus más adeptos seguidores. La publicidad estática y dinámica del Palacio solo sirvió para promocionar su imagen y sus posibles ventas. Estaríamos un buen rato enumerando las cosas que han hecho con su inversión en estos cuatro años, aunque otra historia muy diferente sería saber si el rendimiento sacado está acorde con lo gastado.

Pues ahora resulta que quieren sacar dinero con la venta de sus acciones, se buscan como aliado al gerente recolocado que debe estar agradecido y sale diciendo lo siguiente en la Web de la ACB: "cuando el Polaris cogió el equipo, el club tenía una deuda de un millón ochocientos mil euros y lo ha dejado en una posición de privilegio, dándole al baloncesto lo que ninguna otra empresa le ha dado. Ahora está en su derecho de poner su accionariado a la venta"
http://www.acb.com/redaccion.php?id=48624

Esto leído de corrido no parece muy interesante pero si nos atenemos a las declaraciones de Juan Valverde, expropietario del club, pueden ser incluso motivo de querella, pues siempre según el presidente anterior el club se vendió por un euro y auditado hasta la última perra gorda de las de antes. Quien tiene razón o quien miente en esta historia parece claro pues de un lado está una barriga agradecida y de la otra la persona que contra viento y marea se permitió el lujo de abanderar con más o menos suerte el buque insignia del baloncesto regional con bastantes menos ayudas oficiales de las que se le han dado a la empresa Polaris en los últimos cuatro años.
Y esto sale porque Juan Valverde ya ha salido a la palestra para decir por activa y por pasiva que él tiene los patrocinadores necesarios para sacar el club en ACB siempre y cuando le devuelvan lo que era suyo al mismo precio que lo vendió, un euro. Esto desde luego no ha sentado bien entre los dirigentes polaristas que, supongo, pretendían hacer caja con esta venta y aumentar su liquidez algo maltrecha en los últimos meses. Tampoco parece que haya gustado mucho entre las autoridades municipales que en su día forzaron a esta venta al empresario murciano y que ahora se vuelven a encontrar con una patata muy caliente entre sus manos. Tan caliente que alguno se quemará.

Mientras los aficionados al baloncesto en la ciudad se movilizan con una Web de apoyo:
www.cbmurcianosevende.es
En la cual se recogen firmas para intentar apretar a los políticos de turno a que muevan toda su maquinaria oficial para que el club no salga de la capital murciana. Desde fuera parece harto difícil ésta situación pues no olvidemos que hoy en día en Polaris World trabaja, por ejemplo, Fernando de La Cierva que cuando se ejecutó la venta regalo de Juan Valverde a la empresa de Pacheco era Consejero de Presidencia del Gobierno Autónomo, portavoz del Gbierno regional y encargado por mor de todo lo relacionado con el deporte profesional y sus ayudas oficiales. Teniendo en cuenta estos pequeños detalles parece muy lejos la opción de que Polaris devuelva en las mismas condiciones que compró el club a Valverde, pues entre otros argumentos de peso dicen que la empresa se ha gastado la friolera de 12 millones de euros en los últimos cuatro años. Lo que no recuerdan es si ellos preguntaron al entonces presidente Valverde cuanto se había gastado él en casi 20 años de creación, patrocinio y dirección de un club de baloncesto profesional que empezó como AD Juver Basket y ha terminado llamándose CB Murcia SAD.